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sábado, 7 de diciembre de 2013

Lo que opino de "El extranjero", de Albert Camus


"Pero todo el mundo sabe que la vida no vale la pena de ser vivida"


El extranjero es un libro que me recomendaron hace un par de meses, así que decidí darle una oportunidad. Es un libro muy corto (120 páginas, aproximadamente, dependiendo de la edición), narrado en primera persona desde la perspectiva de Meursault, y la historia se desarrolla en Argelia. 

Mi opinión respecto al libro: 

Al principio, Meursault me agradaba, sentía que sus reacciones sociales serían similares a las que yo tendría en determinadas situaciones. Como por ejemplo, cuando el conserje le extendió su mano y menciona "después me estrechó la mano y la retuvo tanto tiempo que yo no sabía muy bien cómo retirarla". Sin embargo, muy pronto comprendí que ese sentimiento de no pertenencia iba más allá, a mi parecer resultaba un poco egoísta, pero no por el hecho de serlo, sino porque era completamente indiferente hacia todo y todos; hasta el extremo de parecer estar sedado a todo a su alrededor. Por otro lado, también parecía que vemos todo desde dentro de una persona que no sabe lo que hace, que subsiste, pero parece no vivir, no darse cuenta de las cosas importantes. Sin embargo, sí nota los pequeños detalles, y los describe a la perfección. 

En todo el texto existe esta aura de que nada importa y de que todo es igual. Esta percepción de que no se cambia nunca de vida, y que todas valían lo mismo. Su indiferencia llega a tanto que en una ocasión menciona que uno termina por acostumbrarse a todo, y yo me pregunto, ¿hasta a vivir? Sí, tal vez especialmente a vivir. Y si todo consiste en dejar pasar el tiempo, ¿es dejarlo pasar hasta morir? Sí, porque todos estamos condenados a morir. 

Otra parte del libro que ciertamente me llamó la atención fue el aspecto de la religión y el papel que juega en la vida y la muerte. Como cuando menciona que "Mamá, sin ser atea, jamás había pensado en la religión cuando vivía", y resulta curioso como la gente no piensa en la religión (o en una salvación) sino hasta que se va a morir (o siente la muerte cerca). 

En la segunda parte del libro, podemos ver de nuevo el papel de la religión, cuando él está ya condenado y alguien religioso intenta eximirlo de sus pecados, sin embargo, él asegura no ser religioso, a lo que el padre contesta que "todos los hombres creían en Dios, incluso los que se apartaban de su faz. Tal era su convicción y si alguna vez la pusiera en duda, su vida ya no tendría sentido". Si es así, quizá Meursault perdió su sentido, pues si ni la religión ni la vida misma pueden salvarlo a uno del sinsentido, ¿entonces qué le queda? Quizá él comprendió mejor la inutilidad de la vida y es por eso que se siente extranjero frente a muchos que aún no la han entendido, o que la entienden hasta el final de su vida. De alguna manera, él podría ser privilegiado por ello. Además, mencionó que trató "de explicarle por última vez que me quedaba poco tiempo. No quería perderlo con Dios", lo que prueba su desencanto no sólo con la vida misma sino con cualquier tipo de esperanza al morir.

El libro me pareció bueno, fue ciertamente interesante, y no hay que olvidar que fue escrito en una época de desolación y sin esperanza (1942), lo que desde luego influye en el contexto de la historia y la forma en que está narrada. 

Le di 3 de 5 estrellas en Goodreads. 


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